El oncólogo Pedro Lara se ha incorporado al consejo de la Junta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer en Las Palmas, donde ayudará con su amplia experiencia.
Entrevista:
Hace poco se ha incorporado al consejo de la Junta Provincial de la Asociación Española
Contra el Cáncer en Las Palmas de Gran Canaria. ¿Cómo piensa encarar esta nueva etapa de su carrera profesional?
Para mí es un privilegio que la entidad haya querido contar conmigo. Los oncólogos de Las Palmas trabajamos con todas las asociaciones de pacientes desde hace ya unos 30 años y, en mi caso, llevo desde los años 90 trabajando con la Asociación Española Contra el Cáncer. En mi parecer, esta nueva etapa representa una oportunidad para ayudar y generar innovadoras iniciativas en la institución, especialmente en la parte técnica, orientando y potenciando aquellos aspectos que pueden tener más repercusión para los pacientes. Creo que lo más importante que debemos hacer es es educar y divulgar.
En diciembre del año pasado asumió la presidencia del comité técnico, el órgano que
asesora a la entidad sobre los asuntos relacionados al orden científico en el entorno sanitario.
¿Qué es lo más difícil de esta tarea?
Creo que lo más complicado es ser capaces de señalar qué es lo más importante para los pacientes. Tenemos que entender que los verdaderos protagonistas son ellos y su entorno, ya que no están solos. Es crucial identificar cuáles son los aspectos que necesitan mayor hincapié. La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) fue la primera, hace más de 30 años, en poner en marcha los tratamientos paliativos. Posteriormente, esta entidad y otras muchas comenzaron a dar el apoyo psicológico, que ahora ya se halla en los hospitales públicos para los pacientes hospitalizados. Realmente las asociaciones de pacientes habitualmente han sido las que han comenzado a ofrecer tratamientos y asistencias que actualmente facilitan con toda normalidad y de forma amplia la sanidad pública y la privada. Pero no solo tenemos que intentar que los tratamientos sean los correctos, además es crucial informar a la sociedad sobre lo que deben hacer para disminuir la probabilidad de cáncer, promover hábitos de vida saludables, explicar la importancia de los programas de diagnóstico precoz y explicar los tratamientos y sus efectos secundarios. En definitiva, hay que implicar siempre a los pacientes , a su familia y entorno, con los tratamientos y la asistencia oncológica.